En
el sistema solar se pueden contemplar ocho planetas, sin contar la Tierra: Mercurio,
Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. La
Astrología tiene además en cuenta a las luminarias: La
Luna y El Sol.
Básicamente,
la Astrología estudia y reconoce estos diez cuerpos celestes citados que actúan
como energías en su influencia astrológica. Son los agentes que se movilizan
en el escenario de la carta astral y que van vestidos con el ropaje de cada
signo. Así pues, no es lo mismo tener a Marte en el signo de Aries que en el de
Piscis.
Tanto
Júpiter, Saturno, Urano,
Neptuno y Plutón marcan el límite de lo transpersonal, son
planetas más lentos y que tienen un reloj generacional. Marte y Júpiter
están separados por un cinturón de asteroides que, de alguna manera, delimita
el espacio exterior del interior, más inconsciente y que podríamos denominar
psicológico.

Júpiter
Astronómicamente
es el mayor planeta del sistema solar, con un diámetro de 141,000 kilómetros,
once veces mayor que la Tierra. Su distancia del Sol es de 773 millones de kilómetros
y tarda en dar la vuelta completa 11,860 años. Tiene trece satélites; Galileo
descubrió cuatro que llevan su nombre (“Lunas de Galileo”)
gracias al recién inventado telescopio. De 1993 a 1994 Júpiter fue un foco de
atención debido a un accidente: el 25 de marzo de 1993, los astrónomos
Shoemaker y Levy descubrieron un cometa, que el 7 de julio de 1993 pasó a 25,000
kilómetros de Júpiter y estalló en 22 trozos debido a la atracción
gravitoria que ejerce éste. El 16 de julio de 1993 llegó al límite de su órbita,
a 50 millones de kilómetros de Júpiter y volvió a precipitarse sobre el
planeta. Los fragmentos del cometa, con diámetros de hasta 2 kilómetros, se
estrellaron contra Júpiter entre ese día y el 22 de julio y engañaron a los
astrónomos respecto al impacto de la colisión. Sin embargo, Júpiter no sufrió
ningún arañazo. Los astrólogos se preguntaron si esta colisión tendría
repercusión en la influencia astrológica y algunos investigaron como
significativo lo ocurrido. Se inició así un interesante foco de investigación
tanto astronómico como astrológico. Astrológicamente, Júpiter es una energía
expansiva, que empuja y motiva a conseguir algo. También se le conoce como “El
gran benéfico”, ya que protege y da, en lugar de restringir. En el
sitio donde uno tiene a Júpiter en su carta es quizá donde está más
protegido y recibe más, pero también donde es más excesivo y derrochador.
Representa así mismo el impulso religioso, el optimismo, el idealismo y la fe.
Es un factor dinámico que simboliza el entusiasmo por la vida. Donde él está,
uno se hace nuevas expectativas. Es un factor de crecimiento, por lo que su
manifestación negativa guarda relación con la enfermedad del cáncer como una
proliferación celular excesiva. Todo lo que Júpiter toca lo engrandece y
expansiona. Mitológicamente está relacionado con el Zeus romano y el Júpiter
griego, el padre de los dioses del Olimpo: paternal, optimista, expansivo y con
múltiples amoríos e hijos, siempre en pos de algo nuevo, al mismo tiempo que
justo y benevolente.

Saturno
También
es un planeta gigante, apenas más pequeño que Júpiter al que le sigue en la
órbita con un diámetro de unos 12,000 kilómetros. Orbita alrededor del sol en
29.5 años y a una distancia de éste de 1,418 millones de kilómetros. A su
alrededor giran cuatro anillos. Los primeros fueron vistos por vez primera en 1655
por un astrónomo holandés llamado Huygens. Los anillos muestran su cara a la
tierra cada quince años. Así mismo, Saturno tiene once satélites, que giran más
allá del sistema de anillos. El más grande se llama Titán y es el satélite mayor
del sistema solar. En el ámbito astrológico, Saturno representa el polo opuesto a Júpiter,
mientras que el primero representa el lado alegre y expansivo de la vida,
Saturno guarda relación con lo sombrío y lo restrictivo. Sin embargo, son dos
energías que se complementan y dan sentido a la vida. Uno puede tener una
motivación, pero si no pone los límites adecuados nunca lo realizará. Se dice
que Júpiter es el que firma alegremente los cheques, pero que es Saturno el que
los paga. Saturno tiene mala fama en Astrología, ya que anteriormente se le
consideraba un planeta maléfico y, en el horóscopo, donde él está suele
haber problemas, limitaciones y miedos. Sin embargo, si uno trabaja esa energía
tiene un gran regalo: la fuerza personal, la construcción, la maestría. Los
alquimistas trababan con el plomo, equivalente de Saturno, que encerraban en una
vasija cerrada herméticamente y que se asaba con los fuegos adecuados en el athanor u horno alquímico. Cuando llegaba al nivel de densidad adecuado sabían
que estaban en el buen camino de conseguir el oro sófico. Saturno representa
ese nivel de densidad pero, de oscuridad y caos que se produce antes de los
grandes cambios en que el individuo da el salto para ser él mismo y brillar con
su propio oro. Si uno no contacta con sus profundidades oscuras y depresivas
nunca se transmutará ni hallará su fuerza interior Saturno es el llamado “Guardián
del umbral”, sólo si se le trabaja uno puede ser creativo y
transformados: el trabajo con Saturno es mirar la sombra y la oscuridad de
frente y aceptar los miedos, pero también actuar con calma, prudencia y
moderación, sin precipitarse; los alquimistas no podían abrir la vasija antes
de hora porque habrían estropeado su trabajo. Saturno frena y paraliza, obliga
a interiorizar y a construir pacientemente a través de poner límites y ganar
en fuerza y firmeza. Mitológicamente está relacionado con el Cronos griego y
el Saturno romano. Su símbolo es la guadaña. Es el tiempo, el anciano ermitaño
que ha aprendido de la experiencia y las prácticas, el que marca el devenir.

Urano
Fue
descubierto, de forma inesperada, el 13 de marzo de 1781 por un astrónomo
llamado William Herschel. Se mueve más allá de Saturno, su diámetro es de
unos 52,000 kilómetros, le separan del Sol 2,853 millones de kilómetros y órbita alrededor de él durante 84 años. Su superficie está formada por un gas
a muy baja temperatura, de naturaleza desconocida. Tiene cinco satélites. La
fecha de su descubrimiento es importante, ya que a nivel simbólico representa,
como los ideales de la Revolución Francesa, la necesidad interna de liberación
y transformación, como aquellos transcendentales eventos históricos. Como
planeta transpersonal es una energía que opera a través del individuo, aunque
no está en él. Actúa generacionalmente y determina el devenir de las
civilizaciones.
Astrológicamente,
Urano simboliza la tendencia al cambio y se lo conoce por “El que
despierta”. Invita a que algo nuevo se produzca en la vida del sujeto,
en general mediante impulsos súbitos, a experimentar y a salirse de las normas.
Es el planeta de la originalidad y la extravagancia. En un horóscopo, en el
sitio en que se encuentra Urano es donde el sujeto posee el potencial de crear
algo completamente nuevo, donde se puede singularizar como ser original, a la vez que donde se le invita a ser más
atrevido y lanzado. Así mismo es donde le conviene ser más independiente.
Urano es el atreverse a ir más allá de las convenciones y los límites para
encontrar una nueva pasión por vivir. A las
personas conservadoras puede resultarles muy duro relacionarse con la energía
liberadora y cambiante de Urano, ya que suelen aferrarse a sus esquemas de
seguridad, que Urano tiende a romper para renovar. Pero si se dejan llevar por
él su vida puede ser más independiente, singular y creativa.
Mitológicamente,
Urano era el dios del cielo, que fue castrado por su hijo Saturno. Los testículos
cayeron al mar y de ahí nació Venus. Este mito refleja el eterno dilema entre
el cambio y el tiempo, entre lo innovador y lo conservador. La solución está
en la diplomacia, amabilidad y la armonía que simboliza Venus. Si alguien es
muy radical se va a encontrar con la dura oposición de los conservadores, pero
si llegan a un acuerdo se produce algo nuevo y armonioso. Así mismo toda moda
tiene su exaltación y su época, ya que el paso del tiempo puede destruir todo
lo que parecía más innovador.

Neptuno
Fue
descubierto en 1846 por los astrónomos Adams en Inglaterra y Leverrier d’Arrest
y Galle, en Francia. Hacía años que los astrónomos observando a Urano veían
como éste se desviaba de su trayectoria a causa de la perturbación de otro
planeta, ese planeta era Neptuno. Éste mide unos 50,000 kilómetros de diámetro
y está a 4,469 millones de kilómetros del Sol, al que le da una vuelta
completa cada 165 años. Tiene dos satélites: Tritón, mayor que la Luna y
Nereida, más pequeño e insignificante. Astrológicamente Neptuno simboliza la
invitación a sumergirse y purificarse, sacrificando el ego por una causa mayor.
Con Neptuno hay un sentimiento de misión en aras de la humanidad, que supera
los límites entre uno y los demás; uno siente que debe sacrificarse y
someterse a una dependencia para liberarse, responsabilizándose de una situación.
La vibración de Neptuno está flotando tanto en las causas humanitarias de los
voluntarios de hospitales y la ayuda al Tercer Mundo como en un concierto de música,
donde el sujeto se funde con algo mayor que une al colectivo. Sin embargo,
canalizado negativamente, puede llevar a un grupo al fanatismo religioso y a un
individuo a la evasión. Donde uno tiene a Neptuno en la carta es donde puede
ser más entregado y comprometido, y también menos realista y más soñador. Así
como donde uno debe aprender a poner los límites adecuados y dejar de hacerse
trampas y auto engañarse. A Neptuno también se la llama “La nube”,
ya que donde él está es donde uno es más idealista y sólo ve lo que no le
molesta y quiere ver.
Mitológicamente,
Neptuno es el dios del mar, de los océanos y las profundidades. Simboliza el
sumergirse en las profundidades de uno mismo y emerger renovado. Se le
representa con un tridente, el que ha tomado la psicología para su emblema.
Simboliza las emociones, el inconsciente.

Plutón
Fue
descubierto en 1930 elevando el número de planetas con influencia astrológica
a diez. El astrónomo Lowell dedujo que existía un planeta que era responsable
de que las órbitas de Urano y Neptuno fueran irregulares. Así se descubrió
Plutón después de cómputos e investigaciones fotográficas en un observatorio
de Arizona, catorce años después de la muerte Lowell. Este planeta está
separado del Sol a una distancia de 5,860 millones de kilómetros y da la vuelta
completa alrededor de él en 248 años. Se estima que su diámetro es del orden
de 3,500 kilómetros. En 1978, se descubrió que tenía un satélite casi tan
grande como él, Caronte. Astrológicamente Plutón simboliza la muerte interna
y el renacimiento emocional. Es el impulso que lleva al sujeto hacia la auto
transformación y el crecimiento a través del cambio y la regeneración de lo
caduco. Como Saturno, es uno de los planetas más temidos. Es el personaje que
llama a la puerta y no ha sido invitado, ya que se le teme. Pero si no se le
abre e invita, derrumba la entrada y lo arrasa todo. Donde está Plutón en el
horóscopo es donde posiblemente el sujeto viva historias clandestinas, ocultas
y extrañas. Está relacionado con la parte oculta y sombría de la vida pero, a
la vez exige entereza y honradez. Es una energía que destruye fronteras y límites
para experimentar un sentimiento de totalidad. A través del enfrentamiento con
el lado negativo y la búsqueda de perfección uno puede regenerar su unilateral
comprensión del mundo y desarrollar su propia filosofía personal. A nivel
mundial, Plutón representa las redes de comunicación y la mente universal.
Mitológicamente,
es el dios de la muerte, que vive en el Hades o mundo subterráneo. Es una energía
muy poderosa que habita en el inconsciente y que puede manifestarse a través de
las relaciones de sexo, poder y también mediante las emociones negativas que
se han aprendido a guardar y enterrar, pero que contienen un potencial positivo
de curación y regeneración, si uno se atreve a sacarlas a la superficie y
mirarlas para sanarlas y transformarlas.
|