El
arte de la adivinación siempre ha sido un tema apasionante a través del tiempo en cada una de las culturas existentes.
Son
muchos los lectores de Rumores Latinos quienes se apasionan por estos
interesantes temas ya que en ellos como en todos los seres humanos se despierta
la curiosidad, con una pregunta: ¿Cómo es que se puede leer el futuro?.
Los
medios para leer el futuro son interminables. Ellos nacen de las diversas
culturas, donde aquellos seres dotados utilizaron los elementos que tenían
alrededor suyo para poder visualizar lo que venía hacia delante. En la cultura
incaica, la coca fue un elemento de visualización y en el antiguo Egipto fueron
las cartas denominadas Tarot, que se utilizaron para poder ver el futuro, las
cuales a través del tiempo fueron variando en sus versiones, manteniéndose así vigentes
hasta la actualidad.
Es
por ello que en esta ocasión se les brindará un especial sobre la
historia y aplicación del Tarot.
¿Qué
es el Tarot?
El
Tarot es una baraja de 78 cartas; que se emplea en la adivinación, meditación
y sobre todo en la práctica de la magia ritual (echar las
cartas es un rito); además se utiliza como poderoso agente psicoterapéutico
para el análisis
y consejos psicológicos.
El
verdadero origen del Tarot es desde luego desconocido; y se pierde en la noche
de los tiempos, la mayoría de los autores de confianza, comparten la opinión
de que su introducción y primitiva difusión por Europa y Occidente ha sido
obra de los gitanos o zíngaros. Las primeras barajas se trataban de 45 cartas que tendían a
ser artísticas y sin duda resultaban muy caras y hubo tiempos en que las cartas
del Tarot (mutilado) se usaban para un juego que sólo practicaban los ricos.
Es
posible que existieran barajas más económicas, que no se han conservado; fue
por entonces que los gitanos o zingaros anteriormente nombrados, empezaron a
usar la baraja con fines adivinatorios.
Antes
de 1780 un francés llamado Court de Gebelin, empezó el estudio de las cartas y
rápidamente llego a la conclusión que se trataba de un libro muy antiguo
perdido, también en el antiguo Egipto y que sus dibujos, figuras, símbolos, números
y jeroglíficos encierran todos los conocimientos y sabiduría de los antiguos
sacerdotes egipcios; y sobre esto, existe una leyenda en que se revela que el
TARO, es un todo maravilloso sistema que lo que se aplica al cuerpo, se aplica
también a la cabeza, por consiguiente en el estudio del Tarot, los arcanos
menores son tan importantes como las casas astrológicas en la Astrología.
En la antigüedad todo sistema físico empleado para consultar lo
invisible era compuesto de dos partes: una fina y otra móvil, cualquiera de
estas partes será numeral y jeroglífica.
El
Tarot es muy especial para una multitud de aplicaciones y permite resolver los
mayores problemas, tanto en la vida diaria como los de Filosofía.
El Tarot permite determinar ciertas leyes de la suerte, que se vuelve
aplicable a la adivinación, pudiéndose leer las cartas en diferentes formas. Es solamente el Tarot bajo el punto de vista adivinatorio que
vamos a tratar en los próximos capítulos que salgan en la revista.
El
Tarot y su historia o su origen como anteriormente lo he escrito, se pierde en
la noche de los tiempos.
Transportémonos
por el pensamiento a 36,000 años de una inmensa y grandiosa civilización
egipcia, revelada cada día más a nuestro conocimiento por los trabajos de los
arqueólogos; ingresemos en una de estas ciudades de la cual Roma, Paris y Nueva
York actual, formarían sólo la cuarta parte.
Atravesemos
también un círculo de defensa guardado por un contingente de soldados bien
equipados y pasemos por el medio de los habitantes, tan numerosos y atareados
como en nuestras mayores ciudades. Por
todas partes elévense a prodigiosas alturas, monumentos de una arquitectura
extraña, las terrazas de casas de gran opulencia indican de primer impacto, una
gigantesca escala, formada por palacios y templos; y dominada por una habitación
amplia esplendorosa y silenciosa, donde se encuentra el jefe de este imperio.
Todas estas grandes ciudades están por todas partes fortificadas y el Nilo está
preso por diques y enormes reservorios que están prontos para recibir el agua,
transformando así, terribles inundaciones en benéficas irrigaciones.
Todo
esto hace suponer la existencia de una ciencia y también sabios; pero, ¿en
donde están ellos? En esa época,
la ciencia y la religión se hallaban reunidas en un sólo estudio y todos los
sabios, ingenieros, médicos, arquitectos, oficiales superiores, escribanos llamábanse
padres iniciados o maestros.
Evitemos
confundir la palabra padre o maestro dada en la antigüedad, con esta palabra de
maestro o padre, tomada en el sentido que se le atribuyen los contemporáneos;
para no caer nunca más en los groseros errores, entre otros no debemos creer
que en el Egipto de esta época que
estamos narrando, el Egipto estaba entregado a un despotismo clerical en su peor
aceptación.
En
un templo que era dada la instrucción en todos sus grados y conceptos, conforme
a métodos perfectamente establecidos e imitados en todos los países del mundo
en esa época. La instrucción más
elevada que el hombre podía adquirir, era dada principalmente en el templo de
Amont-Ra y en los templos sagrados de la Esfinge; y es así, que vemos estudiar
a los futuros grandes reformadores del mundo:
Orfeo, Licurgo, Moisés, Jesús de los 12 a los 32 años, y otros.
Una
de las ciencias en que las investigaciones eran más firmes, era la Astronomía,
sabemos hoy por intermedio de los sabios egipcios que se conocía entonces, el
movimiento de la Tierra en relación al Sol; así como su posición de éste en
relación a sus satélites. Una gran parte de estos cuentos mitológicos o leyendas se
refieren a estos misteriosos sabios de esa época, significa que estos padres o
maestros enseñaban a sus discípulos la Astronomía por medio de pequeñas láminas
que representaban los meses, las estaciones, los signos del zodiaco, los
planetas, el sol y sus movimientos y el satélite lunar y sus influencias en las
mareas, en las siembras y cosechas; y es así que fijaban en la imaginación de
los estudiantes, los datos, que más tarde irían a verificar en la naturaleza.
Pero hubo un tiempo en que Egipto, no pudiendo más luchar contra sus
invasores, tuvo que prepararse para morir dignamente. Fue entonces que los
sabios egipcios dicen siempre que por medio de unas tablillas misteriosas se
enteraron de esta suerte y formaron una gran asamblea para saber como salvarían
de la destrucción, la ciencia reservada hasta entonces a los hombres
considerados por sus principios
dignos de poseerla. Discutiese mucho, por lo que parece para sí los secretos de
estas inmensas ciencias serían confiados a hombres virtuosos; recluidos
secretamente uno por los otros para trasmitirles estas sublimes verdades y
conocimientos de generación en generación, pero un padre o maestro teniendo
observado que la virtud es la cosa más frágil y difícil de encontrar al
menos, de un modo continuo propuso confiar todas las ciencias y la traición
científica a un juego. Este consejo fue por lo que parece adoptado y un juego fue
escogido como vicio preferido y es entonces que se grabaron en pequeñas láminas
de oro misteriosas figuras y jeroglíficos y números que enseñaban en otros
tiempos u otra hora los más grandes secretos
de la ciencia y es desde entonces que los jugadores trasmiten de generación
en generación este juego de láminas llamado TAROT, o mejor él anda sólo
buscando a los hombres honestos y a los seres virtuosos de la Tierra para que lo
entiendan y derramen alrededor de ellos como las luces de una bengala de
navidad.
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