Características
físico-químicas
Llamado
así por su coloración similar al citrino, se le conoce también como Topacio
del Brasil, Topacio de España
o Topacio de Madagascar, ya que son los países donde se encuentra en mayor
cantidad. También se le conoce como Topacio Áureo, pues al igual que su homónimo,
su color oscila desde el amarillo limón, muy claro, hasta un dorado rojizo
profundo, debido a la presencia en su composición de hidróxidos de hierro y
cromo.
Propiedades
terapéuticas físicas, psíquicas y emocionales
El
cuarzo citrino, muy buscado en cristaloterapia, aporta incentivación, esperanza
y gozo de vivir, ya que su energía se asemeja a la solar, reluciendo las
tendencias autodestructoras y elevando el nivel de autoestima. Paralelamente,
armoniza el cuerpo mental con el emocional, llevando al primero a un estado
superior. En el aspecto físico, se recomienda para los casos de afecciones crónicas
del hígado, el bazo, el páncreas y la vesícula biliar, aplicado sobre el
tercer chakra. El cuarzo citrino reactiva la actividad intelectual agotada por
problemas o esfuerzos continuados y, resulta ideal para los estudiantes en épocas
de exámenes o, personas que deben contemplar tareas intelectuales en plazos
determinados. Sumergido en agua para beber, combinado con cuarzo prasio y rosado,
o con amatista y rodocrosita, forma una trilogía perfecta para experimentar paz
y serenidad, ahuyentando los fantasmas de la ira, la envidia y los celos.
|