“¡Todo
el mundo voltea a verla cuando ingresa a las reuniones, nunca pasa inadvertida,
hacen grupos a su alrededor sólo para escucharla!”. “!No se por qué nunca
puedo enfrentarlo a pesar de que estoy segura de que lo que digo es lo correcto
y no lo que él me dice!. ¡Me mira a los ojos y olvido todo!”. “!No es
hermosa pero sin embargo tiene algo que me enloquece!”.
Estos
comentarios en algún momento los debes haber escuchado decir de los labios de otras
personas e inclusive los tuyos propios.
Constantemente
nos preguntamos ¿Por qué una mujer
que no tiene los atributos físicos de una diosa, llama quizás más la atención
de todos, que una verdaderamente dotada?. Hay un dicho que dice: “La
suerte de la fea la bonita la desea”
O
también la exclamación de muchos hombres y mujeres que no se explican el por
qué no pueden decirles “No” a su pareja, jefe, familiar, etc.
¿Quién
no ha ido alguna vez a una conferencia,
teatro mitin y ha quedado como hipnotizado con la predicación del orador?.
Pues la respuesta no está en que carezcamos de personalidad para decirles “No”
a estos personajes y dejemos de escuchar con atención sus palabras, o controlar
esa atracción por alguien que no tiene una espléndida belleza física, pero
tiene ese “No sé que”, que cautiva a todos; la respuesta está
en su nivel de energía y el nuestro.
Aquellas
personas que llegan a un lugar o se dirigen al frente de una multitud y los
presentes no hacen más que escucharlos y asumir como cierto todo
lo que dicen, sean hombres o mujeres, no son otra cosa que los poco
reconocidos en ésta denominación: “Vampiros Energéticos”.
Al
leer este término lo primero que se nos viene a la mente son los personajes que
buscaban a sus víctimas para succionarle la sangre y con ella mantenerse vivos,
pues no se sienta mal al relacionarlo con ellos al leer este artículo; con la
única diferencia de que unos chupan la sangre y
estos vampiros de todos los tiempos, que están entre nosotros, ¡Succionan
nuestra energía!.
Ud.
No se ha dado cuenta pero están en todas partes. Están en los programas
televisivos, como protagonistas de las noticias, en las calles y como si fuera
poco, ¡Están en vuestras casas!. ¡Y no se asuste!, pero a lo
mejor también, están al costado de su cama. Así es y con sólo estirarle la
mano, darle un beso o algo más simple, con tan sólo estar a su lado ya están,
¡succionándole la energía!.
Quizás
lo dicho no parezca tan trágico como realmente es. El perder energía no es
como perder sangre, pero al final si es su equivalente.
La
sangre es aquella que lleva todos los elementos de vida para nuestra
subsistencia. Cuando algunos de ellos se pierden como el hierro, pues se produce
la anemia y ésta a la vez el cansancio, estrés, sueño, falta de energía, lo
que nos induce a tener menos fuerzas para realizar nuestras labores e incluso
todo aquello que más nos agrada.
Si
no tenemos energía, es decir si todo ese conjunto energético que tiene cada
ser humano, que hace que nos satisfaga la felicidad, el amor, la emoción, está
en bajos porcentajes pues nos sentiremos igual de frágiles que una persona que
padece de anemia.
Los
reconocidos “Vampiros energéticos”, han pasado a la historia
y han sido los más grandes oradores. Aquellos que con sólo hablar, sus oyentes
aumentaban rápidamente hasta formar grandes masas de súbditos.
Sería
interminable enumerar a los más reconocidos “Vampiros energéticos”
que han existido en todos los tiempos y que siguen existiendo.
El
“Vampirismo energético en el Perú”
En
el Perú se está dando este fenómeno que podría cambiar el destino del país.
Como
es de conocimiento mundial, el Perú está saliendo de una de las peores etapas
de corrupción que se haya dado en el transcurso de su historia, después del
gobierno de Alberto Fujimori. En el
mes de abril el pueblo peruano escogerá a su nuevo mandatario y retornará por
fin a una verdadera democracia.
Alan
García, edad 51 años, estatura
aproximada 1.89 mt. profesión abogado y sociólogo;
y lo más importante ex presidente de la república peruana durante el
quinquenio de 1985-1990 y actual candidato a la misma magistratura.
Alan
García fue reconocido durante su mandato por los llamados “Balconazos”
donde reunía en la Plaza mayor de Lima a centenares y miles de personas
con tan sólo asomarse a los balcones del Palacio de Gobierno, levantar su mano
en alto en pos de saludo y expresar unas
cuantas palabras que provocaban que la multitud que iba en aumento, permaneciese
como hipnotizada escuchándolo, como lo haría un público previamente convocado
a un concierto de Julio Iglesias, de Juan Gabriel o de Rickie Martin.
Lo
más curioso del caso García, es que después de su mandato se presentaron una
serie de pruebas y de declaraciones en su contra, que aparentemente evidenciaban
un millonario robo al fisco peruano, pero como durante el tiempo que se dieron
las investigaciones del caso no se encontraron pruebas contundentes, por
excederse el plazo necesario, no se le condenó por ninguno de los cargos,
declarando los hechos prescritos.
Fue
así entonces que el Dr. Alan García, desde su lejanía en Colombia anunció su
candidatura y con sólo hacerlo logró ubicarse hasta en un 11% en las
encuestas.
Él
ya está en el Perú y ya ha recorrido todo el norte peruano donde multitudes
que en algún momento lo acusaron de ladrón hoy día le proclaman como el
futuro presidente de la república. Todos aquellos que participan en sus mítines
le observan con una mirada perdida, hipnotizada, extasiada, fascinada, toda la
masa que le rodea se convierte en una sola mente y en una sola voz que dice: ¡Alan
Presidente!.
El
Perú está a punto de poder cambiar su destino con este personaje que con su
elocuente hablar puede llenar plazas enteras y cambiar mentalidades.
¿Será
acaso un “Vampiro energético”,
¡El próximo presidente del Perú!?.
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