El
arte de la adivinación (si ustedes me lo permiten) especialmente la adivinación
por medio de las Cartas-Tarot no es una superchería como algunos suponen.
Pues,
sucede y esto en muchos casos que algunas de las tantas personas que se dedican
a este arte de la cartomancia es más por especulación que por convicción,
desvirtuando dicho arte; es así que, todo el que acude a consultar el Tarot con
mayor o menor fe en este arte, es porque espera averiguar algo que le es
indispensable para su tranquilidad. Pero si a éste, sólo se le hace ver
quimeras, odios y envidias donde sólo éste espera obtener verdades; lógico es
que, esa persona una vez que haya visto claro reniegue o maldiga de tales artes;
al menos que, su potencial racional vale decir su razón, se halle completamente
trastornada o ciega; o a menos de que conocido el flaco del consultante por el
tarotista especulador o poco escrupuloso, le rece a su cliente el rosario sin
misterios y de nunca acabar.
Próximamente
su historia.
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